Blog
23 junio 2023

Generalmente los seres humanos nos incomodamos ante la crítica, escuchar opiniones ajenas que nos descoloquen resulta complicado y es que el punto de vista que tenemos de nuestro ser, no es igual para toda la gente, porque no todos nos ven como nosotros nos vemos. La autoestima juega un papel fundamental en la manera en la que queremos ser percibidos, si internamente vibramos bien, muy probablemente la percepción que los demás tendrán sobre nosotros será en la misma frecuencia, pero todo cambia súbitamente cuando la inseguridad personal se cubre de una aparente autoestima exacerbada o, por el contrario, cuando simplemente nos queremos poco y permitimos que nos ocurran cosas denigrantes.

Entablar diálogos profundos donde la retroalimentación tenga el papel protagónico es básico para desarrollarnos personalmente y es ahí donde la crítica constructiva debe aprovecharse, sin tenerle miedo a la palabra “crítica” ni asociarla jamás con algo negativo.

Existen momentos clave en donde para crecer debemos renacer y pasar por ese proceso suele ser doloroso porque nos enfrentamos con nuestra verdad personal, situación que mucha gente opta por evadir, en ocasiones durante toda una vida.

Estar abierto a escuchar a las personas en quienes confiamos, es sinónimo de madurez y hacerlo siempre nos va a enriquecer, como también lo hará el que nosotros podamos entablar un dialogo respetuoso y sincero para con aquellos seres que nos importen. Mientras las opiniones son muchas, la verdad es una y no debemos temerle ni mucho menos rehuirle, porque en el silencio de nuestra intimidad todos la conocemos y estamos destinados a vivir con ella, y como hacerlo es ineludible, nos resultará más conveniente abrazarla y finalmente aceptarla.

No es recomendable responder con agresiones cuando alguien tiene el valor de decir lo que piensa de nosotros o sobre nuestro proceder, al no haber ataque, no tiene tampoco porque haber defensa, sino gratitud cuando las palabras que se empleen contribuyan a nuestra mejora personal; tomemos en cuenta que nuestra vida y cómo la llevemos no debe delinearse para darle gusto a los demás, estúpido sería que así fuera, pero lamentablemente cantidades de seres han optado por hacerlo así.

Si nuestro objetivo es mejorar, tengamos la disposición de escuchar. En definitiva, no todo lo que nos digan nos va a gustar, pero sí nos va a servir; aprovechemos aquellas palabras que resuenan en nuestro interior y que podemos utilizar como herramientas de trabajo para avanzar hacia cumplir nuestras metas viviendo con menos angustias y más plenamente. Entre más nos conozcamos y aceptemos nuestra verdad personal, menos nos dolerá reconocerla cuando llegue el momento de confrontarla.